26.1.07

La química que quiero enseñar

Este es un tema sobre el que me descubro pensando muchas veces durante el año. Es que una cosa es la química que aprendí (o la que me enseñaron) y otra química es la que yo quiero enseñar. Desde que egresé del profesorado hasta aquí pasé por diferentes etapas en el aula; hoy me encuentro revisando lo que ya he hecho y me propongo hacer cambios. No estoy cómoda con la idea de seguir agregando contenidos de química a los programas... ya hay demasiado en ellos. No quiero contradecir a los diseñadores del curriculo ni mucho menos, solo que a veces muchos docentes no tienen la guía para seleccionar cuáles son los temas para trabajr en el aula sin convertirla en una simil-cátedra de química general de 1 er año de la facultad !!! Claro que en las planificaciones de química del secundario aparecen todos (o casi todos) los contenidos que verá un alumno que siga ciencias en la universidad. ¿Con qué sentido se da esto? Algunas escuelas tienen la idea de que deben preparar a sus alumnos para que pasen por Química del ingreso universitario sin dificultades, algunas aspiran a que sus alumnos puedan superar esos contenidos incluso. Todo esto está muy bien para un perfil de alumno que seguirá algo relacionado con la ciencia, la tecnología o la ingeniería, ¿Pero que hay de los chicos que no seguirán nada relacionado con las ciencias exactas o naturales...? Todos sabemos que en la adolescencia son pocos los que se adelantan a la elección de lo que será su carrera de grado, de hecho muchos deciden estudiar aunque no saben qué... muchos no tienen ni idea que van a hacer con sus vidas el próximo fin de semana y nosotros queremos que resuelvan ejercicios de estequiometría o problemas sobre el estado gaseoso como los del CBC...Entonces?
Para la mayoría de las personas la química es un embole (permitanme usar la palabra!! es lo que mi esposo opina cada vez que ve las evaluaciones que preparo), o es algo muy difícil, o inaccesible, insoportable, aburrida, incluso inútil. Cualquier docente de química conoce varios argumentos para refutar los calificativos recién mencionados, pero no podemos evitar que los sigan diciendo. Es que la química de la escuela consta, en su gran mayoría, de contenidos poco atractivos por estar descontectados de lo cotidiano, por ejemplo: los modelos atómicos, los símbolos, fórmulas, nomenclatura (qué poco importante puede resultar para un chico de 15 años nombrar decenas de compuestos químicos desconocidos!!!), etc.... Claro que habrá profesores que se desviven por hacer más entretenidas sus clases, buscando ejemplos interesantes o novedosos, usando el laboratorio como gancho para despertar inquitudes o simplemente buscando cambios significativos en sus planificaciones. Se me ocurre que se pordría desestructurar la enseñanza de la química, accediendo a los contenidos desde lo macro, desde lo que se ve, se palpa, las características de nuestro entorno, la observación e interpretación de los fenómenos que nos resultan familiares y el descubrimiento de la química como herramienta: los productos y los procesos industriales, los alimentos, su elaboración y los procedimientos culinarios, los medicamentos y otros productos farmaceúticos, los analisis clínicos, los materiales de construcción, los nuevos materiales, el medio ambiente y sus problemáticas, y muchas cosas más.
Por un tiempo perdí la visión de que la química es mágica! es sorprendente! y me subí al tren de sumar contenidos y apurarme para completar el programa antes de fin de año. Ahora estoy buscando el equilibrio entre esto y la química que quiero enseñar. Espero encontrar en algún lugar el espacio para desarrollar estas ideas, y seguiré pensando en como organizar mis programas de química sin salirme del camino que me he planteado.